En una entrevista concedida al diario El Mundo con ocasión de la presentación de su libro "El nuevo orden erotico", el filósofo italiano Diego Fusaro valora los efectos de la revolución de mayo del 68 y hace enloquecer la brújula que ha marcado el rumbo de varias generaciones de europeos, desde Daniel Cohn-Bendit y sus coetáneos hasta hoy.
En su momento, las reivindicaciones de mayo del 68 chocaron frontalmente con la moral tradicional y las normas por las que se regían la relaciones intersexuales hasta entonces, básicamente orientadas al matrimonio y la fundación de una familia. Si las consignas de mayo del 68 —precedidas y reforzadas por los eslóganes hippies llegados desde San Francisco— nos dejaron un mensaje claro, ese mensaje fue inequívocamente anticapitalista y antiburgués. Podría decirse que fueron los primeros frutos visibles y tangibles del marxismo cultural promovido por la escuela de Frankfurt (con Herbert Marcuse como gran divulgador entre la juventud estadounidense).