La noticia ha dado la vuelta al mundo. En la provincia peruana de Puno, los investigadores han descubierto un enterramiento de unos 9.000 años de antigüedad en el que, junto a algunos fragmentos óseos, se hallaron hasta una veintena de utensilios de piedra, incluidos cuatro artefactos puntiagudos que podrían ser puntas de flecha, todos ellos tan juntos que se cree que iban dentro de un morral. ¿Y qué tiene de especial el hallazgo para ser noticia en la mayoría de los periódicos? Pues lo que tiene de especial es que los fragmentos óseos corresponden a una mujer, según ha permitido demostrar una innovadora técnica basada en el análisis del esmalte dental.
Los autores del descubrimiento han publicado un artículo con sus conclusiones sobre el hallazgo, entre las destaca una que les parece obvia: hace 9.000 años, las mujeres también cazaban grandes animales. Por “grandes animales”, en este caso, debemos entender vicuñas, que son como ovejas con el cuello más largo. Según los investigadores, esa supuesta capacidad para cazar vicuñas contradice el estereotipo tradicional de mujer recolectora y hombre cazador como reparto de funciones en las sociedades primitivas.